El Real Club La Moraleja inicia la primera fase de la renovación completa del sistema de riego de su Campo 2

El Real Club La Moraleja acaba de poner en marcha la renovación total del sistema de riego de su Campo 2. Mejorar el estado del campo, ahorrar agua y otros recursos de mantenimiento y seguir caminando en el proceso de convertir el campo en un recorrido más sostenible son los objetivos fundamentales de esta importante inversión del club madrileño.
Durante este otoño e invierno, la constructora Garden & Golf actuará sobre los nueve primeros hoyos y el campo de prácticas, completándose la reforma el próximo año con el cambio del sistema de riego en la segunda parte del recorrido, zona de parking, acceso y jardines de la casa club.
Este ambicioso proyecto tiene varios objetivos importantes. El primero de ellos es el de renovar una instalación con más de treinta años que ha cumplido su ciclo vital y que ya no resulta eficiente. La renovación facilitará, por lo tanto, un mejor mantenimiento del campo, reduciendo un 20-30 % aproximadamente la superficie regada en las épocas estivales en las que el estrés hídrico afecta de forma especial a la planta produciendo carencias que la actual infraestructura no es capaz de suplir.
Con este cambio, el campo madrileño continúa una transformación que le está convirtiendo en un recorrido más naturalizado, sostenible y con una personalidad estética propia.
En los últimos años, el Campo 2 del Real Club La Moraleja ha incorporado nuevas especies cespitosas en las zonas que no entran en juego, especies tipo C4 como la Buffalo Grass que apenas requieren riego y con un mantenimiento mucho menos exigente. A esta idea responde también la renovación de todos los bunkers del recorrido (que se inició hace tres años y que sigue en marcha) sembrándose los nuevos taludes con Zoysia Zeon, también de tipo C4, por lo que se reducen sus necesidades de agua y mantenimiento a un 40 % aproximadamente además de conseguir un contraste muy visual en el campo durante los meses de invierno.
Por otro lado, se están introduciendo también amplias zonas de jabre en diferentes puntos del campo que realmente no entran en juego con el fin, en conjunto, de reducir un 30 % la superficie de riego con el consiguiente ahorro de agua, electricidad, abono, siegas y otros recursos de mantenimiento.
El cambio del sistema de riego se produce en un momento en el que ya están bien definidas las diferentes necesidades hídricas de cada zona del campo, con lo cual el nuevo diseño podrá adaptarse perfectamente a ellas. De este modo, además del evidente ahorro de recursos, mejorará también el aspecto estético del campo, que le otorga una personalidad única: con cambios y contrastes en las tonalidades de la hierba que se hacen más evidentes en invierno.
«Hace unos diez años realizamos una auditoría en el campo y desde ese momento se han ido paliando algunas de las deficiencias que se pusieron de manifiesto. Por ejemplo, se han ido cambiando las bombas que eran claramente insuficientes. Las que el club ha ido adquiriendo en estos últimos años son ya las adecuadas para el nuevo sistema que se instalará ahora, dispositivos capaces de conseguir la potencia de riego necesaria, de impulsar el agua a las zonas altas del campo y adaptarse de forma progresiva a los caudales variables demandados en cada momento mediante unos variadores de frecuencia. Se trata de varias bombas con cuerpo de acero inoxidable tipo 316 y una más pequeña tipo Jockey, ambas de Grundfos, con suficiente capacidad para el nuevo replanteamiento», explica Tony Bonnett, head greenkeeper del Real Club La Moraleja.
El desarrollo de la obra que ahora se pone en marcha seguirá siguiente proceso:
- Replanteo de los lugares en los que se van a situar los aspersores y de las líneas generales de la tubería.
- Replanteo de las líneas secundarias de las tuberías (partiendo desde la general).
- Localización de las válvulas de corte de las líneas secundarias.
- Apertura de zanjas.
- Instalación de tuberías.
- Instalación de cableado.
- Cierre de las diferentes zanjas.
- Instalación de los aspersores.
- Nivelación de los mismos.
«Este proceso incluye la instalación de cables hasta cada uno de los aspersores para que puedan recibir señal y corriente eléctrica. En este caso, hemos decidido trabajar con un sistema de dos hilos con descodificador en lugar de con satélites», explica Bonnett.
«El sistema de dos hilos es más económico y tiene otras ventajas añadidas. De hecho, en muchos campos en el mundo se está trabajando ya de este modo porque se ahorra mucho cable y se evitan algunos problemas: con el sistema de satélites, si uno de ellos deja de funcionar, no funcionará ninguno de los aspersores asociados. Sin embargo, con este sistema de ‘decoders’, todos los aspersores están asociados a través de un único cable a dos ‘smarthubs’ diferentes, de tal modo que, si hubiera problemas con uno de los ‘smart hubs’, los cables de ese pueden engancharse al otro y los aspersores continuarían funcionando», prosigue.
«También mejora la comunicación entre el ordenador de riego y los aspersores produciéndose en tiempo real: el ordenador es capaz de detectar y registrar de forma inmediata si un aspersor no está funcionando bien, una ventaja que no existe con el satélite (con él, únicamente percibes la avería cuando detectas que la zona que debería regar un aspersor concreto está seca). Es un sistema que ofrece mayor flexibilidad y una resolución más eficaz de las posibles averías”. A lo que añadimos que el nuevo software incorporado al ordenador es capaz de trabajar y controlar el riego en segundos en lugar de en minutos, como se venía haciendo hasta ahora, lo que supone también un ahorro y un incremento de la eficiencia del riego», añade Bonnett.
«Los aspersores elegidos para esta renovación son los últimos modelos de Toro ya que presentan una muy buena uniformidad de riego, quizá con la mejor uniformidad que hay en el mercado en estos momentos. En el ‘rough’ se instalará el modelo Flex de gama alta mientras que en greens, antegreens y calles instalaremos el superior modelo Infinity. Esta elección supone mejorar el equilibrio del presupuesto sin perder calidad», continúa.
«En el modelo Infinity todas las piezas que podrían averiarse en un futuro son accesibles desde el exterior, de forma que las reparaciones serán siempre más sencillas y rápidas. Mientras, en el modelo Flex, algunas de las piezas susceptibles de necesitar una reparación o recambio se encuentran en el propio cuerpo del aspersor, por lo que sería necesario abrir una capa para realizar la reparación. En el ‘rough’ esto no supone un problema especial y, si es necesario intervenir, no se molestará a los socios del mismo modo que si tenemos que hacerlo en calles o greens», sigue Bonnett.
«El trazado del nuevo sistema de riego se amolda a la nueva estructura cespitosa del campo de forma que los aspersores que se sitúen en los límites entre las especies C3 y C4 se podrán controlar de forma individualizada y sectorializada. Actualmente tenemos hasta cuatro aspersores juntos y no poseemos control sobre cada uno de ellos de forma automatizada de modo que cuando consigamos ese control vamos a alcanzar también una flexibilidad mucho mayor sobre el uso del agua ya que no tendremos que regar zonas que no lo necesitan para mantener bien otras que sí lo requieren», apunta Bonnett.
«Este mayor control y flexibilidad se va a notar claramente en el estado del campo, un recorrido que tiene suelos con movimiento, con diferentes perfiles y áreas sombreadas que, lógicamente, no se deben regar con la misma cantidad de agua que otras a pleno sol. Una diferenciación que, a partir de ahora, podremos realizar reduciendo los encharcamientos de determinadas zonas así como minimizando el trabajo humano necesario para controlarlo», concluye Tony Bonnett, head greenkeeper del Real Club La Moraleja.
Por otra parte, la remodelación de los lagos –algunas ya realizadas y otras en estudio– o la construcción de nuevos sistemas de drenaje en numerosos puntos del campo a lo largo de los últimos años, son otras medidas que el Real Club La Moraleja está llevando a cabo en el Campo 2 para conseguir un mayor ahorro de agua, logrando que toda el agua de los drenajes revierta en los lagos y éstos, bien impermeabilizados, eviten las pérdidas.
En este sentido, y en el marco de la obra que acaba de comenzar, se va a remodelar la recogida de agua en los puntos más bajos del campo, instalando una tubería de drenaje de polietileno de doble pared y colocando una rejilla de acero galvanizado para sustituir a la arqueta de ladrillo actual.